En medio de una colina, encima de la línea de las casas de la ciudad de La Maddalena, aparece, con su torre cuadrada y rodeada de la vegetación, Villa Webber.
¿Quién era James Phillips Webber?
La refinada y elegante Villa Webber se construyó entre 1855 y 1857 y toma su nombre del primer dueño, el inglés James Phillips Webber. Nacido en Gales, llegó a La Maddalena por casualidad durante un viaje de negocios. En efecto hizo fortuna como cultivador de trigo y tabaco, después como ganadero y por último como comerciante, pero cuando llegó a la isla se enamoró de ella, se retiró del negocio y vivió en La Maddalena por veinticinco años, hasta su muerte. No fue sólo un hombre de negocios y un famoso coleccionista, sino que fue también el vicecónsul inglés en La Maddalena.
De una casa humilde a una villa señorial y cómoda
El señor Webber compró tierras y amplió considerablemente una primera construcción que ya existía, y edificó una casa cómoda y señorial según el estilo de la época. Añadió pajareras y jaulas para aves y animales exóticos, trasplantó cultivaciones muy cuidadas y realizó una instalación para la recogida y la utilización del agua. Además, protegió la villa y el parque con tres murallas para guardar su intimidad. El vicecónsul fue un rico y apasionado amante del arte, de la cultura y un coleccionista. Dentro de la villa había suelos maravillosos y techos pintados, muebles y bibelots preciosos, pinturas de autor y otras antigüedades y por último una gran colección de libros. Se dice que él mismo desempolvaba los libros porque no se fiaba de los criados.
La prisión de Benito Mussolini
El señor Webber no estaba casado y durante un viaje a Pisa murió de repente a ochenta años de edad. La propiedad pasó a los herederos de un hijo adoptivo. La casa la habitaron hasta 1928 y después una parte de la decoración se subastó. En 1943, en el medio de la Segunda Guerra Mundial, el Estado Real Italiano la requisó. Desde el 7 hasta el 27 de agosto de 1943 fue la prisión de Benito Mussolini que de aquí fue trasladado al Gran Sasso. Después de la permanencia de Mussolini, ha quedado muy poco del esplendor de la villa. Ha quedado abandonada por años, padeciendo muchos robos y daños. Hoy pertenece al municipio de La Maddalena pero no se puede visitar porque está en una tierra privada.