El puente de la Moneta, que toma el nombre de la cercana y homónima franja de tierra, es el único que une las dos islas mayores del archipiélago – La Maddalena y Caprera.
Hasta 1890 se iba de una isla a otra sólo en barco. El primer puente era giratorio y daba la posibilidad a las pequeñas embarcaciones de transitar en el tramo de mar llamado Passo de la Moneta. En 1959 la Marina Militar lo sustituyó con un puente con estructura horizontal de tipo Bailey. Después de 15 años lo sustituyeron con un puente de madera con estructura fija. En cambio, el puente actual se construyó en 2009. Mide 52 metros de largura y 10 metros de anchura y una parte está dedicada a los peatones y a los ciclistas. El puente está bien integrado en el paisaje y permite el paso de las pequeñas embarcaciones. Es simple y elegante y está pintado de blanco. Por la noche está iluminado desde abajo y crea un precioso efecto luminoso en el agua.
El puente de la Moneta es muy transitado por los que van a Caprera para hacer excursiones, dar un paseo o visitar el Museo del Mar, el Centro de Vela de Caprera o la Casa-Museo de Giuseppe Garibaldi.
La casa museo de Giuseppe Garibaldi
Giuseppe Garibaldi, el héroe nacional que con sus proezas contribuyó a la Unidad de Italia en 1861, bajo el rey Vittorio Emanuele II de Saboya, vivió en Caprera por 26 años, hasta su muerte que ocurrió el 2 de junio de 1882. En 1856 Garibaldi compró la mitad septentrional de la isla y primero vivió en una pequeña casa rural que pertenecía al pastor que le vendió la tierra. Más tarde se hizo construir la así llamada Casa Blanca según el modelo de las fincas de Sudamérica que había conocido y que lo habían fascinado durante su larga permanencia en esa tierra. Su nueva casa anticipó los tiempos.
Garibaldi en Caprera se dedicó al cultivo del campo y a la cría de pollos, ovinos, caballos y burros, y a los burros, en particular, les daba los nombres de sus enemigos. Garibaldi contribuyó a la reforestación de la isla con árboles de pino, entre los cuales es notable el pino doncel – Pinus Pinea – que plantó en ocasión del nacimiento de su hija Clelia en 1867 que todavía hoy destaca en el jardín. El museo incluye su casa, la cuadra, el molino de viento y un pequeño cementerio. En la casa hay muchos objetos personales de Garibaldi, en particular fotografías, libros, medallas, armas y discos de música.
Sin duda la Casa-Museo de Giuseppe Garibaldi merece una profunda visita porque ofrece la posibilidad de descubrir un Garibaldi diferente del que estamos acostumbrados a conocer según los libros de historia, pero será para otro momento.